sábado, 14 de noviembre de 2009

El amor 5

4)Poesías
Un día decidió escribirle maravillosas palabras de amor, y así lo hizo. Las escogía siempre cuidadosamente y se las enviaba en elaborados mensajes que requerían horas de poner en orden su imaginación. Quería sorprenderla con la profundidad de su pensamiento, con la magnitud idílica de su sentimiento y estaba convencido de que aquellas palabras eran la herramienta que necesitaba para cavar suave y dulcemente un camino hacia el matrimonio.
Buscó nombres de flores exóticas, estudió geografía para citar los lugares más hermosos, aprendió a hacer metáforas y descubrió las onomatopeyas, incluso inventó algunas nuevas que a él le parecieron clarísimas y hermosas, se arriesgó a copiar algunas metonimias, y utilizó el hipérbaton desmedido cada vez que tenía que hacer alusión a su belleza. No conocía los nombres de las figuras literarias, pero las usaba sin control. De entre las palabras que los amantes se susurraban en las películas escogió aquellas que más bellas le parecían y construyó mensajes a diario donde sus sentimientos más secretos tomaban forma de poemas con rimas consonantes y versos libres, o de una prosa poética que le parecía a él que le daba más libertad de expresión. Descubrió la licencia literaria y la usó a su antojo, atiborrando sus versos y su prosa de símbolos abstractos que construían casi un dibujo de sus sentimientos. Ella nunca respondió. Obcecado en obtener algún tipo de respuesta jamás cejó en su empeño y continuó escribiéndole palabras que quedaban en el aire sin respuesta. Su miedo al rechazo le hizo forjar la idea de que ella no respondía quizá por vergüenza a contestar con palabras comunes a tan sublimes obras literarias, pero la realidad era que ella enmudeció gracias a una "h" (muda también), que se coló en el primer "mi hamor" que éste le envió en su primer mensaje.

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